“Esto no es para el Aeroclub, es para toda la ciudad”, expresó Vanesa Gallo, una de las organizadoras del acto conmemorativo por el 43° aniversario del Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea Argentina en las Islas Malvinas, celebrado este 1º de mayo en Laboulaye.
La jornada fue mucho más que una conmemoración. Fue una experiencia educativa, cultural y profundamente emotiva que incluyó vuelos acrobáticos, exhibiciones aéreas, un desfile militar y la participación activa de las fuerzas armadas, con la Fuerza Aérea como protagonista.
“Uno va sembrando y tiene que seguir regando esa semilla para que crezca”, dijo Vanesa, emocionada por haber logrado que la Fuerza Aérea se hiciera presente “Es el fruto de años de trabajo para que esto no decaiga, sino que crezca”.
Una historia que inspira
Uno de los momentos más conmovedores fue la participación del vicecomodoro Santiago Perdiguero, uno de los pilotos del B-45 Mentor de la escuadrilla histórica. Desde su llegada a Laboulaye, el oficial expresó sentirse conmovido por el recibimiento de la comunidad:
“Es un día muy emotivo para nosotros, y lo sentimos también en la gente. Este 43º aniversario es una bisagra en la historia de nuestra querida Fuerza Aérea Argentina”.
Perdiguero compartió su historia personal: desde su niñez en Tucumán, cuando se escapaba del colegio para ir al aeropuerto, hasta convertirse en piloto de caza. Hoy, 25 años después, sigue volando el mismo avión con el que se formó, representando al país con orgullo:
“Soñé con ser piloto y lo logré. Eso es lo que quiero transmitir a los chicos: los sueños se alcanzan, pero hay que esforzarse y perseguirlos”.
Educación, memoria y propósito
El evento, abierto y gratuito, buscó también inspirar a las nuevas generaciones. “Malvinizar” es una palabra que se repite entre los organizadores. Mostrar, contar, acercar la historia a los jóvenes. Que conozcan a los veteranos, que se acerquen a los aviones, que pregunten.
“Me gusta que los chicos, los jóvenes, puedan encontrar una educación en esto. Que se animen a soñar, que pregunten. Que alguno diga ‘yo quiero ser un Santiago’”, compartió Vanesa Gallo.
Con más de 250 efectivos presentes, el desfile terrestre y aéreo se vivió con intensidad. El sobrevuelo de la escuadrilla histórica, el helicóptero Bell 412, y la presencia de aviones Hércules y Pampas fueron el marco perfecto para recordar a los héroes que, hace 43 años, dieron su vida en defensa de la patria.
La bandera argentina desplegada desde el cielo cerró la jornada con un mensaje claro: la historia se honra, pero también se proyecta y en Laboulaye, la memoria vuela alto.