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Columna Política | Luis Gatti

Habemus Papam: Robert Presbot es el nuevo Papa y asume como León XIV

La Iglesia Católica sorprendió al mundo con la rapidez del último cónclave. El pasado jueves, en apenas un día de deliberaciones, se dio la tradicional fumata blanca: fue elegido el nuevo líder del Vaticano. Se trata de Robert Presbot, quien asumió bajo el nombre de León XIV.

📍 Un Papa con acento latinoamericano

Presbot nació en Chicago, Estados Unidos, pero eligió nacionalizarse peruano. Su trayectoria eclesiástica estuvo muy vinculada a América Latina, especialmente al norte del Perú, donde fue obispo en Chiclayo, una de las zonas más humildes del país. Esa cercanía con las realidades sociales de la región marcó su impronta pastoral.

En 2023, el Papa Francisco lo convocó al Vaticano y lo designó responsable del área encargada de nombrar y supervisar obispos en todo el mundo, un rol estratégico dentro de la Santa Sede. En 2025, ante el delicado estado de salud de Francisco, fue nombrado cardenal-obispo, lo que lo habilitó para participar del cónclave y ser elegido.

🔁 Continúa el legado de Francisco

Desde su elección, León XIV ha mostrado señales claras de continuidad con el papado de Francisco. Crítico de políticas excluyentes como la migratoria de Donald Trump, Presbot ha abogado históricamente por la justicia social, los derechos de los trabajadores y el rol activo de la Iglesia en los conflictos globales.

Su elección del nombre León XIV también tiene peso simbólico. Rinde homenaje a León XIII, autor de la encíclica Rerum Novarum (1891), considerada la base de la doctrina social de la Iglesia, en pleno auge de la revolución industrial. Así como aquel papa habló de los derechos laborales, León XIV plantea hoy un nuevo desafío global: la inteligencia artificial.

🤖 El nuevo desafío: IA, paz y justicia

En su discurso de asunción, León XIV expresó que la revolución que enfrenta la humanidad hoy es la tecnológica: la expansión de la inteligencia artificial, el impacto en los puestos de trabajo, los dilemas éticos y sociales que conlleva.

Además, se ofreció como mediador en los conflictos más urgentes del planeta: Rusia-Ucrania e Israel-Palestina, reafirmando el rol pacificador y diplomático del Vaticano.

Un dato no menor: parte de su discurso fue en español, como gesto a la diócesis peruana que lo vio crecer. A pesar de que podría haber elegido el inglés, su idioma natal, eligió el español para reivindicar su raíz latinoamericana, un gesto que no pasó desapercibido.

En palabras de León XIV

“En la perspectiva cristiana – como también en la de otras experiencias religiosas – la paz es ante todo un don, el primer don de Cristo: ‘Les doy mi paz’. Pero es un don activo, apasionante -recalcó- que nos afecta y compromete a cada uno de nosotros, independientemente de la procedencia cultural y de la pertenencia religiosa, y que exige en primer lugar un trabajo sobre uno mismo”.
La paz se construye en el corazón y a partir del corazón, arrancando el orgullo y las reivindicaciones, y midiendo el lenguaje, porque también se puede herir y matar con las palabras, no sólo con las armas.

León XIV

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