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💔 Una historia de amor, lucha y superación en Laboulaye: la vida de Ester Algañaraz y Ricardo Quevedo

Laboulaye – 24 de julio de 2025.Hace ocho años, un accidente impensado cambió para siempre la vida de Ricardo Quevedo, pintor de autos de toda la vida en la ciudad de Laboulaye.

Una simple astilla de una planta de uva, clavada en su pie durante el verano de 2017, derivó en una grave infección que terminó en gangrena y obligó a la amputación de una pierna. Desde entonces, comenzó una larga travesía marcada por el dolor, la esperanza, y sobre todo, el amor incondicional de su esposa, Ester Algañaraz.

Juntos enfrentaron las trabas del sistema de salud, los interminables trámites para acceder a una prótesis adecuada y los gastos de traslados y tratamientos. “Ricardo no es diabético ni tenía ninguna enfermedad. Pero todo se desencadenó en semanas. Le amputaron la pierna por debajo de la rodilla y comenzó otra vida”, cuenta Ester, emocionada.

Con el apoyo de la comunidad, realizaron una peña solidaria que les permitió acceder a la primera prótesis. “Pensamos que era para siempre, pero después uno se da cuenta que también se desgasta, como un auto”, agrega. Tras años de reclamos, finalmente y gracias a la ortopedia Olmos de Córdoba, Ricardo recibió una nueva prótesis liviana y funcional que le permite caminar nuevamente.

Pero eso no fue todo. Ricardo nunca dejó de trabajar. Apenas pudo sentarse en una silla de ruedas, volvió a su taller de pintura en calle 1º de Mayo 88. “Siempre pintó autos, desde los 17 años. Y nunca se detuvo, ni siquiera después de la amputación. Yo le alcanzaba las herramientas, él pintaba”, recuerda Ester con orgullo.

Hoy, con más de 40 años de casados, Ester y Ricardo siguen caminando juntos, literalmente. Con cinco hijos y varios nietos que los acompañan, enfrentan la vida de la mano, como lo hicieron siempre. “Somos uno solo”, define Ester.

Además, aprovecharon la entrevista para agradecer a quienes colaboraron con rifas y donaciones, y también visibilizaron un problema que afecta a muchas personas con discapacidad: las fallas del sistema de transporte público. “Los carnets a veces no funcionan al escanearlos, y hay personas mayores varadas en terminales. Se necesita más empatía”, reclamó Ester.

Esta historia no solo habla de superación personal, sino también de comunidad, solidaridad y amor en su forma más pura.