En la zona de acceso al vivero municipal, a pocos metros de los senderos y áreas de recreación, flotan cientos de peces muertos. El hedor es penetrante y constante, una realidad que contrasta con la postal que este lugar supo ofrecer a vecinos y visitantes.
El sector no solo es un espacio clave para el esparcimiento local, sino también un punto turístico elegido por viajeros de todo el país, especialmente por quienes llegan con motorhome para acampar junto al lago. Hoy, ese rincón que debería invitar al descanso y la contemplación de la naturaleza recibe a los turistas con un panorama desolador y un olor insoportable.
Mientras algunas áreas municipales trabajan en el parque con corte de césped, pintura, riego e instalación de nuevos juegos, la limpieza del espejo de agua no se ha llevado a cabo. La falta de acción sobre el foco ambiental ha generado indignación y reclamos en redes sociales, que se multiplican desde hace semanas.
La pregunta sigue en el aire: ¿quién debe hacerse cargo de la limpieza? ¿Existe un área ambiental con responsabilidad directa sobre el lago? La respuesta, por ahora, es tan incierta como la fecha en la que este pulmón verde volverá a lucir y oler como merece.