Saltar al contenido

editorial: Un espectáculo digno empañado por la violencia. por Maximiliano Azcurra

El clásico entre Huracán y Sportivo Norte volvió a mostrar lo mejor y lo peor del fútbol local, poniendo sobre la mesa el debate sobre la violencia en el fútbol y la seguridad en los estadios.

El pasado miércoles por la noche, en el marco de los cuartos de final – partido de ida del Torneo Clausura de la Liga Regional de Fútbol de Laboulaye, se disputó el encuentro entre Huracán y Sportivo Norte, un clásico que siempre despierta emociones, expectativas y una rivalidad histórica en la ciudad.

Dentro del campo de juego, el espectáculo fue digno de la instancia: empate 1 a 1, gran nivel futbolístico y un importante acompañamiento del público, que le dio color y clima de final anticipada a una noche que prometía ser una verdadera fiesta.

Los disturbios fuera del estadio: cuando la pasión se convierte en violencia

Sin embargo, una vez más, la fiesta terminó empañada por la violencia fuera del estadio. En las inmediaciones de Huracán se registraron enfrentamientos entre hinchas de ambos clubes, con daños materiales a vehículos y disturbios que nada tienen que ver con el espíritu del deporte.

¿Qué falló en el operativo de seguridad?

El operativo de seguridad, pese a los antecedentes de este clásico, no logró evitar los incidentes. Y la pregunta que surge, inevitablemente, es: ¿qué está fallando? ¿Falló la prevención? ¿La planificación? ¿O seguimos sin entender que el fútbol no puede ser una excusa para la agresión?

Llamado a la autocrítica institucional

Es momento de que la Liga, los clubes y las autoridades policiales hagan una profunda autocrítica. Porque lo que se vivió el miércoles no fue un hecho aislado, sino un reflejo de una problemática que se repite cada vez con más frecuencia y que amenaza con destruir el esfuerzo de quienes trabajan día a día por mantener viva la competencia local.

El verdadero espíritu del fútbol: unir, no dividir

El fútbol debe unir, no dividir. Debe emocionar, no generar miedo. Debe ser una celebración del deporte, no un campo de batalla donde la violencia se disfraza de pasión.

El clásico entre Huracán y Sportivo Norte fue, dentro de la cancha, una muestra de talento y entrega. Fuera de ella, un triste recordatorio de que todavía estamos lejos de aprender que la verdadera grandeza se demuestra en el respeto.