José María Bruno, fundador de la sucursal Laboulaye de la firma «Enzo y Hugo Reinaudo», relató en Cadena Melodías el violento desenlace de un conflicto laboral que dejó a 10 personas sin trabajo, sin cobrar desde junio y con una denuncia penal por intento de aplastamiento con una máquina.
Lo que comenzó como un conflicto laboral en la conocida empresa agropecuaria «Enzo y Hugo Reinaudo» de Río Cuarto, escaló a un hecho de violencia extrema y una denuncia penal. José María Bruno, vendedor con más de 16 años de antigüedad y fundador de la sucursal de Laboulaye, brindó un crudo testimonio en Cadena Melodías sobre el vaciamiento de la empresa, los despidos y el momento en que fue embestido por un tractor durante un intento de retiro forzoso de activos.
Del vaciamiento a la crisis: sueldos impagos y deudas millonarias
Bruno explicó que los problemas comenzaron tras el fallecimiento del último socio fundador. «Notamos que empezó el vaciamiento. Se vendían tractores y no se iban reponiendo», mientras observaban «compras personales exorbitantes» de los nuevos administradores. La situación se tornó crítica en junio-julio, cuando la empresa no pudo pagar aguinaldos y sueldos. «No había más plata, no había más tractores nuevos para vender, las cuentas bancarias estaban embargadas», detalló. La deuda con prestamistas, según su relato, alcanzaría los $800 a $1.000 millones de pesos.
El hecho de violencia: «Me tiró el tractor encima»
El conflicto llegó a un punto límite este lunes, cuando prestamistas intentaron llevarse los últimos tractores usados. «Yo me paro al frente y uno de estos señores me tira el tractor encima», narró Bruno. «Tengo una lesión en el pie derecho. Si no alcanzo a sacar el pie, el taco me da en la rodilla, me mete abajo del tractor». El ex empleado confirmó que ya se realizó una denuncia penal contra la firma y el conductor. El campamento de protesta que mantenían los ex trabajadores fue levantado tras este incidente.
Consecuencias regionales: la sucursal de Laboulaye también cerró
Bruno, quien con orgullo fundó la sucursal de Laboulaye en 2012, reveló que ese local «está cerrado ya hace como tres meses», lo que también dejó a personal de nuestra ciudad sin trabajo. De los 18 empleados originales, solo 10 permanecen en la lucha, luego de que ocho fueran persuadidos para irse sin percibir liquidaciones. Uno de los despedidos tiene 42 años de antigüedad en la empresa. «Estuvimos en manos de delincuentes trabajando acá», afirmó Bruno sin rodeos.
¿Qué buscan los ex empleados?
Con todo ahora en manos de la Justicia, los trabajadores buscan cobrar lo adeudado. A Bruno le deben entre 8 y 9 millones de pesos sólo en comisiones por ventas, más su indemnización por despido. «Lo único que queremos nosotros es cobrar», resumió, mientras agradeció el apoyo del gremio de Empleados de Comercio y expresó su esperanza en que se haga justicia.
Este caso refleja una dramática situación de vulnerabilidad laboral y conflictividad social que terminó en un ataque físico. Mientras las partes aguardan la resolución judicial, las familias de los ex empleados enfrentan la incertidumbre.
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