La crisis social y política que atraviesa Bolivia sumó un nuevo capítulo de extrema gravedad este miércoles, cuando un operativo de desbloqueo en la región suroeste del país terminó con cinco personas muertas, entre ellas cuatro policías y un civil, según confirmaron autoridades nacionales.
El incidente ocurrió en el municipio de Llallagua, en el departamento de Potosí, uno de los epicentros de los bloqueos organizados por sectores afines al expresidente Evo Morales, que desde hace 11 días interrumpen rutas clave del país exigiendo su habilitación como candidato para las elecciones de 2025.
La directora del Instituto de Investigaciones Forenses, Ana Katherine Ramírez, y el ministro de Gobierno, Roberto Ríos, confirmaron los decesos. Entre las víctimas figuran tres policías y un bombero, además de un civil del departamento de Cochabamba, quien murió al manipular un artefacto explosivo en un punto de bloqueo.
Ríos responsabilizó directamente a Evo Morales, acusándolo de generar un clima de violencia con fines electorales. Morales negó haber convocado los bloqueos, pero declaró que las movilizaciones «son imparables».


Emboscada y violencia
El operativo de desbloqueo fue definido por el viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera, como una “emboscada criminal”. “Los policías usaban armas no letales, solo gases lacrimógenos”, afirmó. Videos difundidos en redes sociales muestran ataques violentos contra policías, vehículos destruidos y autobuses incendiados.
Uno de los policías fallecidos fue Carlos Apata Tola, subteniente de la Policía Boliviana. También murió el subteniente Jorge Barrozo Rodríguez, del Grupo Delta de Oruro. El capitán Daynor Miranda resultó gravemente herido.
La respuesta del Gobierno
El presidente Luis Arce descartó su renuncia en un mensaje televisado y aseguró que hará uso de todas las herramientas constitucionales para restablecer el orden. Ordenó a la Policía y las Fuerzas Armadas realizar operativos para recuperar las carreteras Oruro–Cochabamba y otras vías troncales, afectadas por los bloqueos.
“Estas medidas agravan la crisis, sobre todo para los sectores más vulnerables”, sostuvo Arce, justificando su accionar en “un clamor popular”.
Riesgo de desabastecimiento
Los bloqueos ya provocan serios trastornos económicos. La Confederación de Transportistas y gremios comerciales advirtieron sobre una escasez inminente de alimentos, combustibles y productos esenciales.
Habitantes de las zonas bloqueadas denuncian estar aislados, sin comida ni transporte. Algunos vecinos decidieron unirse al operativo de desbloqueo para recuperar la circulación.
Un conflicto en escalada
La situación actual se enmarca en la disputa interna del oficialismo: Morales, del MAS, busca volver al poder en un contexto en el que la Constitución boliviana prohíbe la reelección indefinida.
La tensión crece y el desenlace permanece incierto. Lo que está claro es que Bolivia atraviesa un momento de máxima fragilidad institucional, con consecuencias que podrían impactar en toda la región.