En una entrevista exclusiva para Cadena Melodías, el referente cultural analizó el impactante debut del taller de actuación y el trabajo del elenco estable, que convocó a más de 800 personas en el Cine Teatro Sporting. Fotos por periodista cultural, Mariana Urdaniz.
El teatro en Laboulaye vivió uno de sus momentos culminantes el pasado fin de semana. Con una sala repleta en el Cine Teatro Sporting, la comunidad pudo disfrutar de un espectáculo de alta calidad que combinó la experiencia del Elenco Estable Municipal con la frescura y el talento de los alumnos del taller de actuación que debutaban sobre las tablas. Para conocer los detalles de esta gran puesta, Cadena Melodías, recorrió las calles de la ciudad hasta llegar a la carpintería de Sebastián «El Piojo» Ávila, el director teatral a cargo de ambos grupos.
Un debut que superó todas las expectativas
Sebastián Ávila no escatimó elogios para los noveles actores. «Fue maravilloso. Lo que se mostró tenía un tinte de espectáculo, iba más allá de una simple muestra de taller», afirmó con evidente orgullo. El director destacó que se presentaron tres obras con un gran despliegue escenográfico y de vestuario, fruto de meses de dedicación. «Logramos un espectáculo digno de ver, a la altura de muchos por los que se paga entrada», remarcó, subrayando el salto cualitativo en la propuesta.
La metodología: libertad creativa y crecimiento actoral
Ávila explicó que la consigna para el taller de primer año fue clara: armar una obra creando personajes propios. Su rol se limitó a la dirección artística, sin interferir en la composición de los personajes o los textos. «Les dejé esa libertad, y el resultado fue muy rico», comentó. Para el elenco estable, el desafío fue diferente: interpretar obras basadas en libretos ya escritos, lo que exige al actor adaptarse a un personaje preexistente. «Ahí se vio un crecimiento grande, no solo yo, sino también el público lo notó», aseguró.
Nervios transformados en magia y el indispensable apoyo comunitario
Consultado sobre los momentos previos al estreno, el director fue claro: «El nerviosismo es el ADN de quien pisa un escenario». Sin embargo, una vez que los actores apoyan el pie en las tablas, el mundo exterior desaparece. El otro pilar fundamental del éxito fue, sin duda, el apoyo masivo de las familias y amigos. «La escenografía se logró gracias al apoyo de un familiar de los chicos, de puro corazón», destacó Ávila, agradeciendo también a todos los que colaboraron con peinado, maquillaje y logística.
Un cierre de año positivo y la mirada puesta en el futuro
Para Sebastián Ávila, este ha sido un año muy positivo, el primero a cargo completo de ambos grupos. «He logrado mis metas y he visto el crecimiento en ambos», evaluó. Con las actividades suspendidas por el receso de verano, ya se planea el 2026. «Estamos evaluando cómo será el ingreso de nuevas personas. Es todo un tema para replantear», adelantó, dejando abierta la promesa de más y mejor teatro para Laboulaye.
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